martes, 8 de abril de 2008

Un día en la vida de una Guerrera

De la película Elizabeth the Golden age

Me pongo mi traje de guerrera y me dispongo para la batalla, la lucha es contra las enfermedades cardiovasculares.Hoy estoy en primera fila, debo evaluar a los pacientes con enfermedad arterial coronaria, que esperan para ser revascularizados.El resto de mi equipo: Cirujanos cardiovasculares, intensivistas, anestesiólogos, terapistas en rehabilitación física y respiratoria así como las incondicionales enfermeras esperan en la retaguardia por el momento quirúrgico y postoperatorio.
Enfrento dos grandes enemigos la Ansiedad y la Depresión, que perturban al paciente coronario,
perpetuándolo en su patología o constituyendo un factor de riesgo para complicaciones en su postoperatorio. Esgrimo mis mejores armas: la palabra y los psicofármacos, los despido con la promesa de que estaré con ellos en el postoperatorio.
Mis colegas ya pueden avanzar, el sitio elegido para la batalla es el quirófano. Espero con los intensivistas en la Unidad de Terapia Intensiva. Finalmente recibimos los trofeos de guerra el paciente ha sido revascularizado, evoluciona satisfactoriamente .
Más tarde me acerco a la Unidad de Cuidados Coronarios, el Trastorno de ajuste ha diezmado las filas de aquellos que sufren un evento coronario agudo, el aparato psicológico en un intento por conservar su integridad ante el temor a la muerte, utiliza mecanismos de defensa que a su vez amenazan a todo el equipo (negación, proyección, desplazamiento). Mantengo una sola fila con mis colegas cardiólogos : clarificamos, reaseguramos, apoyamos y utilizamos psicofármacos para devolverles su estado de equilibrio y que se alien con nosotros para luchar contra su enfermedad.Y, como la arenga, del general Máximo en la pelicula el Gladiador ¡Quedense conmigo, en una sola fila!

9 comentarios:

Manuel dijo...

Hola Maritza. Bien bellas tus palabras. Empiezas a asomarte y sé que continuarás tu vuelo. Felicitaciones.

Imágenes urbanas dijo...

Qué fortaleza la que hay que armar para apoyar a la gente que -al borde de la muerte- necesita apoyo y solidaridad.
Esa si es una verdadera batalla librada a diario.

Maritza dijo...

Manuel muy agradecida por ese estimulo.Un abrazo

Michelle realmente es un servicio y un oficio, se aplican las técnicas una y otra vez y uno se fortalece con la satisfacción de haber ayudado al bienestar de otros
Recibe también un abrazo

JUANAN URKIJO dijo...

Sinceramente, Maritza: Os admiro. Me parece tremendo lo que hacéis. Vale tanto una vida...

Besos.

Maritza dijo...

Gracias, dédalus,aunque a veces la ciencia no alcanza al padecimiento o el organismo en sus complejos dinamismos psicológicos decide no continuar,afortunadamente es lo más infrecuente en nuestros casos

Un abrazote

Anónimo dijo...

Es una ardua labor, admirable, se necesita ser guerrera....definitivamente.
Estudio Psicología después de mi trabajo, por las noches, ya curso tercer año... y el tema de la depresión en enfermos de este tipo es algo que requiere labor aparte. Requieren muchísima ayuda para hacer un poquito más llevadera sus vidas.
En fin, sólo felicitarte, tanto por tu trabajo y además por el interesante lugar que tienes aquí.

Mil gracias por tu visita y comentario.

Un fortísimo abrazo desde Santiago de Chile.

Maritza dijo...

Gracias Patricia por la visita, bueno, ya tenemos dos cosas para compartir:la fotografía y mi psiquiatría

Un abrazote

Abriles dijo...

admirable labor, en serio.
Mira, agradezco que hayas vistado mi blog y tu opión en mi entrada sobre el psiquiático de Asunción. Yo fui allí varias veces por mi trabajo, justamente porque es un delito que vivan así abandonados.... y se nota, buscan más que nada afecto, a lo que se suma la falta de responsabilidad de las autoridades sanitarias de acá. Vi las cosas más terribles en ese lugar...
SALUDOS DESDE PARAGUAY

Maritza dijo...
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