miércoles, 24 de junio de 2009

Ocho Caminos



Hacia mas de media hora que el grupo de 60 jóvenes habían sentado su entusiasmo, apagados sus cámaras y sus móviles, mientras asistían al oficio religioso, para dar gracias por haber concluido sus estudios superiores e iniciar así, el camino de su vida profesional, el sacerdote como si tomara a cada uno de la mano, en un momento sobrecogedor los invito a transitar por estos ocho caminos
El que llega a vivir la felicidad de cada día, el que logra estar en un estado de felicidad permanente, es un elegido
El Monte de la dicha, por otro lado, es más que esfuerzo, más que ascesis humana, es don de Dios.
Jesús nos señala ocho caminos que conducen hasta la cima del Monte, según se avanza por ellos, se va sintiendo crecer y crecer el agua que brota del manantial de la dicha; crece la felicidad en todos los momentos y en todas las cosas
DICHOSOS LOS POBRES EN EL ESPÍRITU
Si buscas el enriquecerte, conseguirás bienestar y poder, incluso placer, pero no alegría y felicidad. El que pone su corazón en las cosas, se cosifica y, por tanto, se endurece y se muere. El que se afana por acaparar y consumir, se llena de preocupaciones, trabajos e insatisfacciones profundas. No vivirá la felicidad de cada día, sino el ansia de cada
Pero el que es desapegado y desprendido, el que no valora tanto las cosas, el que prefiere llenar su corazón de nombres a llenarlos de tesoros; el que opta por amar y no por ser rico ... , sentirá una dicha inexplicable, la dicha de la propia liberación.
DICHOSOS LOS SUFRIDOS
Otro camino desconcertante, el de la humildad y la mansedumbre Los poderosos y prepotentes, los orgullosos y soberbios, los inasequibles e intratables, podrán conseguir muchas cosas, lo que quieran, pero se pegará a ellos, como una sanguijuela, el temor nunca sabrán dónde les espera el próximo enemigo. No habrá paz en su corazón, ni libertad, ni alegría. No gozarán de la felicidad de cada día, sino de la guerra de cada día.
Pero el que es humilde, el que prefiere servir a ser servido
el que sabe caminar con el otro, no sobre el otro, el que tiene paciencia y espera, el que ha aprendido a perdonar, el que es tolerante, comprensivo, el que gusta más de la comunidad que de las jerarquías ... gozará de una paz maravillosa y la dicha le cubrirá con un manto de cariño, sintiéndose querido por todos.
DICHOSOS LOS QUE LLORAN
Es el camino regado por las lágrimas, una vía que todo el mundo rechaza. La vida hay que disfrutarla, se dice, porque sólo se vive una vez
. Hay alguna pequeña diferencia: que el placer, como la droga, esclaviza, la felicidad libera; el placer satisface a los sentidos, la felicidad al alma; el placer dura poco, la felicidad siempre.
El que llora, el que asume su dolor, el que ama a la vida, pero no se aferra a ella; el que ve la vida no como una torta a consumir, sino como una semilla a cultivar; el que sufre con paz y con esperanza; el que sabe llorar con los que lloran, se acerca al sufrimiento ajeno y lo comparte solidariamente; o el que se dedica a enjugar las lágrimas de los otros ... , conseguirá que sus lágrimas sean el riego fecundo para su corazón, y brotarán abundantes frutos de gozo inalterable; él mismo se convertirá en un ángel del consuelo.
DICHOSOS LOS QUE TIENEN HAMBRE Y SED DE JUSTICIA
Es el camino de los grandes deseos y las encendidas esperanzas
No hablamos de los que se sienten groseramente satisfechos, o de los que se contentan con unas migajas, los que venden sus derechos por un plato de lentejas, los que pagan por un vaso de agua salada que les produce más sed. Tampoco éstos conseguirán la felicidad de cada día, sino la desilusión de cada día.
Hablamos de los que esperan conseguir un mundo más justo y solidario, de los que luchan por erradicar la pobreza, de los que combaten la opresión, de los que sueñan con que la justicia y la gracia de Dios les justifiquen, que el Reino de Dios se haga realidad en y entre nosotros. Serán dichosos, vivirán cada momento la felicidad de la semilla que crece, la esperanza que madura, la utopía que se realiza.
DICHOSOS LOS MISERICORDIOSOS
Este es el camino del corazón, el más seguro para conseguir la dicha inagotable. En el camino opuesto se encuentran los que son duros, los que no quieren saber nada de los problemas de los demás Sordos al clamor de los que sufren, son insolidarios, narcisos, incapaces de cualquier gesto o sentimiento altruista, inmisericordes, con menor sensibilidad que un vegetal. Sólo conseguirán su ración diaria de vacío y tristeza.
Sordos al clamor de los que sufren, son insolidarios, narcisos, incapaces de cualquier gesto o sentimiento altruista, inmisericordes, con menor sensibilidad que un vegetal. Sólo conseguirán su ración diaria de vacío y tristeza.

DICHOSOS LOS LIMPIOS DE CORAZÓN
Es el camino de la verdad, vía real, camino recto, sin trampas ni desviaciones, siempre iluminado. Son muchos los que, prefieren otro tipo de caminos, tortuosos, complicados, oscurecidos. Se prestan a toda clase de emboscadas y caídas, los que tienen dos caras o las que hagan falta, familiarizados con la noche,
Tampoco tienen el corazón limpio los egoístas, los que van buscando siempre su interés, los que hacen las cosas para que les quieran o se lo paguen de algún modo, los que aman de manera posesiva los corrompidos, viciosos, rastreros y defraudadores. Lo que brota de su corazón nunca será alegría, sino barro.
Los limpios de corazón son pura transparencia Su mirada es clara, porque ellos ven desde el corazón. Son capaces de penetrar en el misterio de las personas y de las cosas, es el que vive en la verdad, el que tiene pensamientos elevados y hermosos ideales; el que es fiel a su palabra y compromiso; el que no envidia, se alegra con los demás; el que se lava cada día con el agua del arrepentimiento y se purifica con el fuego del amor. Se revestirán de hermosura y se gozan de continuo, porque pueden ver en todo la imagen de Dios.
DICHOSOS LOS QUE TRABAJAN POR LA PAZ
El camino de la paz es como un camino transversal, que une a todos los otros, caminos de la bienaventuranza.
En cambio, los violentos son los que rompen las vías de la felicidad, los que hacen saltar en pedazos el gozo de la convivencia Son descendientes directos de Caín. Hay muchas. Clases de gente violenta, unos usan las armas, otros las palabras, otros los sentimientos. Son dictadores, impositivos, fanáticos, ciegos. Su paga es de muerte, y quizá gocen con ella.
Los constructores de la paz los que se fijan más en lo que une que en lo que separa, los que creen en la hermandad universal, los que hablan la lengua común del amor; y los que saben perdonar y mirar hacia delante; y los que construyen puentes y se acercan a los distantes; todos los hijos de la paz, serán también los hijos de Dios, que es Paz
DICHOSOS LOS PERSEGUIDOS POR SER JUSTOS
No serán dichosos, desde luego, los que persiguen a los justos, de cualquier forma, con obras o con palabras o con silencios y vacíos. O los que prefieren no ser justos para no ser perseguidos. , para no sentir el rechazo para no complicarse la vida. Los perseguidores se sentirán siempre con las manos manchadas Los cobardes gustarán constantemente la amargura de la traición.
Pero dichosos los que reciben golpes por ser buenos o reciben tiros por ser justos y por defender la justicia. Dichosos aquellos de quienes abusan, porque son «demasiado» buenos y serviciales; los que son excluidos, porque no se prestan al juego sucio y a ningún tipo de fraude o injusticia. Todos éstos son los que consiguen «la perfecta alegría» Esa perfecta alegría, fruto del Espíritu, es realmente misteriosa e indecible, es la dicha de las Bienaventuranzas, que no tendrá fin.


Rafael Baquedano, S.J.> Párroco UCAB.