miércoles, 1 de febrero de 2012

El Silencio que Habla

Santiago de Chile 2007
Observaba en esta foto, la aparente indiferencia de los peatones en su ir y venir, y pensé en los procesos micro sociales de la interacción cotidiana, donde la comunicación va trasmitiéndose por los canales de lo verbal y de lo no verbal.
Las funciones de la comunicación, van desde mejorar el estado mental del receptor con la nueva información, ayudar a formar una imagen de sí mismo y de los demás, hasta regular la conducta de las personas, con respecto a sus semejantes.
Durante una comunicación no verbal, es posible que alguna persona someta a escrutinio a los demás y exprese su opinión con expresiones faciales o gestuales, o tratarlas como si no estuvieran presentes, como objetos que solo merecen una breve ojeada. En estas situaciones hablamos de un trato no personal.
Existe otra modalidad de comportamiento no verbal, propuesto por Erving Goffman la “desatención cortés”.
Cuando en el día a día, nos entrecruzamos con algunas personas en nuestro camino, sin percatarnos, participamos de algunos rituales. En estos casos cada participante del encuentro, presta una atención visual suficiente, para demostrar que aprecia la presencia del otro, y que al apartar rápidamente la mirada, da a entender que no hay un motivo de interés especial.
En el caso de dos transeúntes la desatención cortés estará dada por un contacto visual que se mantiene a unos dos metros y medio y que se apagara cuando se crucen a la misma altura.
Estamos ante la forma más delicada de ritual interpersonal, y que en silencio puede decir mucho de las personas que participan en ella. Por un lado estará expresando, que no tiene razones para desconfiar de los demás, ser hostil o de evitarlos y a su vez demuestra, que no tienen nada que ocultar, que no evitan ser mirados o que los vean mirando y que no están avergonzados de sí mismos o de la compañía en que se encuentran.
Este ritual de mínima cortesía puede verse afectado, por muchos factores como la moral, defectos físicos, diferencias culturales y sociales, pudiendo convertir “la desatención cortés” en una desatención irreverente, indiscreta o nos llevaría a convertirnos en jueces de los demás de acuerdo a nuestros valores. Pero a la final seguirá aportando silenciosamente datos sobre el comportamiento humano.
Desatención cortés (Behavior in Public Place. Erving Goffman).